Llego la hora de mirar la vida de frente.
Dejar de hacerse el boludo y ponerse los guantes y el overol.
Empezar a llamar a las cosas por su nombre, y a los nombres con su apellido.
A ponerle termino y cauce a los problemas. A encarar una filosofia madura.
Llego la hora de guardar los juguetes para regalarselos a mis hijos, y empezar a jugar el juego de ser adulto.
Es tiempo de quemar las naves, hasta aqui llego mi amor.
Basta de espiritu aventurero.
Basta de soñar amores utópicos, ideales eternos, fantasías perfectas.
Ahora me toca a mi, llevar adelante la libertad y el deseo de ser el hombre para el que me proyecto, y no el proyecto de hombre que soy.
Conozco muy bien el limite de las ambiciones, y me debo ajustar a el.
Nunca voy a ser futbolista, escritor, astronauta, bombero.
Nunca voy a ser viajero, explorador, gigoló.
Nunca voy a volver a estar con ellas, a partir de ahora y para siempre con esta.
Nunca mas voy a sentir el pasto humedo, la neblina ciega, la sabana caliente, el olor del miedo.
Nunca, nunca mas tantas cosas.
O no...
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